jueves, 13 de diciembre de 2007

CARLO RAVASIO EN EL CANYAMELAR CON EL CRISTO DE LOS AFLIGIDOS


Carlo Ravasi visitó la parroquia Nuestra Señora del Rosario y la Hermandad del Santísimo Cristo de los Afligidos le obsequió con un cuadro que conteníá el Padre Nuestro y un ejemplar de la última encíclica ("Salvados por laEsperanza") de Benedicto XVI.


(Desde El Canyamelar (Valencia) José Ángel Crespo Flor.- Carlo Ravasio el"caminante de Cristo" fue objeto el pasado domingo de un cálido pero sincero y sencillo homenaje por parte de la parroquia Nuestra Señora del Rosario y en la que intervino de forma muy especial y directa la hermandad delSantísimo Cristo de los Afligidos.La historia de este encuentro entre la Parroquia del Canyamelar, laHermandad del Cristo de Los Afligidos y el propio Carlo Ravasio viene delejos pues antes de iniciar su peregrinación ecuménica (iniciada en Lourdes y finalizada en Canterería (Burjassot - Valencia) tras abrazar al apóstol Santiago en Santiago de Compostela) este templo le despidió y la Hermandad le ofreció la Caña de Peregrino, un crucifijo que contenía además de la Cruz, la Virgen de Lourdes y el libro del Papa sobre la historia de Jesús.El padre Olbier entonces le bendijo y ahora, el domingo, ofreció la SantaMisa en acción de gracias por su Peregrinación Ecuménica porque, como muy bien dijo "con estos gestos vemos que la unión entre los cristianos esposible y está cerca".Carlo Ravasio desde el pasado 12 de septiembre que salió de Lourdes después de escuchar y participar de la Misa de la Gruta ha recorrido un total de 2121 kilómetros hasta llegar a Canterería (Burjassot- Valencia), penúltima parada de su peregrinaje porque como muy bien señaló el propio Carlo "la meta estaba en la Basílica de la Virgen , a los pies de la Virgen de los Desamparados. Allí me recibió el obispo auxiliar y encargado de ecumenismo D. Enrique Benavent en un acto que estuvo muy bien diseñado por el padreVicente Sastre, presidente de la Comisión de Ecumenismo del Arzobispado de Valencia. Carlo Ravasio quiso destacar que "lo más emocionado de esta peregrinación por la Unidad de los Cristianos fue precisamente ese acto, el del Camarín de la Virgen de los Desamparados. Allí llegué para dar gracias y allí fue cuando me convencí que había merecido la pena recorrer esos 2121 kilómetros que, aunque pueda parecer un maratón ya que 21 y 21 son 42 si lo juntas la distancia es ni más ni menos que 2121 kilómetros. Doy gracias aDios y a la Virgen por haber posibilitado esta marcha que solo quiere sereso, un pequeño paso para intentar que cada vez las religiones cristianas estén más cerca unas de otras y se conviertan en una sola".El sacerdote que ofició la Misa, el cubano Olbier Antonio Hernández Carbonell tuvo palabras muy hermosas para Carlo quien siguió la ceremonia muy atento "Carlo - dijo el sacerdote- nos ha dado un ejemplo de lo que escapaz de hacer un hombre para ayudar a la Iglesia a crecer en Unidad. EsaUnidad que tanto pregona el actual papa Benedicto XVI y que inició su antecesor Juan Pablo II aunque los anteriores también mostraron una preocupación grande por el ecumenismo".Al término de la Misa y tras pedírselo la Hermandad del Stmo. Cristo de los Afligidos, el vicario parroquial ofreció a un emocionado Carlo Ravasio un cuadro conteniendo el Padre Nuestro y la Encíclica "Salvados por laEsperanza", segunda encíclica del actual Papa Benedicto XVI, porque "has demostrado, Carlo, que con esperanza se pueden hacer grandes cosas como por ejemplo esta peregrinación ecuménica que has hecho desde Lourdes hastaCanterería pasando por Santiago de Compostela y donde has demostrado almundo, con tu gesto, que la Unidad entre los cristianos es posible si existe buena voluntad". Tras la Eucaristía Carlo Ravasio pidió subir hasta el Camarín donde se venera al Santísimo Cristo de los Afligidos para darle gracias "por todo el bien que ha hecho conmigo y para pedir también que continúe protegiendo a laHermandad del Santísimo Cristo de los Afligidos por su buena disposición que siempre ha tenido para conmigo. De verdad, cuando vengo a la parroquia Nuestra Señora del Rosario del Canyamelar y me acoje la Hermandad del Cristo de los Afligidos estoy como en mi propia casa, cosa que también ocurre cuando me acoge en Canterería el padre Miguel Ángel Vives o me encuentro con el padre Vicente Sastre ".

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